Tengo la intención de…
¿Cuántos de nosotros hemos dicho y decido tengo la intención de aprender, comenzar, realizar, ejecutar, invitar, iniciar, escribir, estudiar, finalizar…?, ¿pero cuántos de nosotros realmente lo concretamos, lo ejecutamos?. Solo se queda en «buenas intenciones».
En alguna oportunidad de nuestra vida, nos hemos quejado por las acciones que hacen los otros, porque no estamos de acuerdo de cómo se hizo o se están realizando las cosas; sin embargo, no hacemos absolutamente nada para crear el cambio, no proponemos nada, suponemos que alguien más dirá, hará o finalizará. Siempre esperamos que lleguen tiempos mejores, se pasan las semanas, meses o años y nos seguimos quejando en privado o públicamente.
La ansiedad provoca que anhelemos ser mejores o que las circunstancias sean diferentes, pero no estamos dispuestos a desarrollarlas o desarrollarnos nosotros mismos. Hoy te pregunto ¿estás en el lugar que deseas estar?, ¿Qué o quién te lo impide?.
Estoy convencida que todos, absolutamente todos tenemos sueños, metas o aspiraciones, tenemos que crecer para lograrlas. Muchas veces, «SUPONEMOS» que automáticamente llegará. Algunas situaciones sí, otras no. Por ejemplo, cuándo éramos niños automáticamente crecemos, afrontamos situaciones nuevas y asumimos retos. Esto no sucede con el crecimiento mental, espiritual y emocional. Acá es donde tenemos que dejar de esperar y hay que comenzar a ser la persona que queremos ser.
¿Cuál es tu plan para crecer? Hmmm, creo que no muchos lo tenemos. Si tenemos claro lo que queremos, el mundo y la energía se confabulan para que llegue a tu vida lo que deseas. Es mejor planificar «intencionalmente» lo que quieres. En decir, cada uno de nosotros decide dónde tiene o quiere crecer, dónde lo aprenderá, con disciplina, entusiasmo lo alcanzará, yendo a su paso. Para ser mejor, con el único que se compite es con uno mismo.
Al pensar que la intención no conlleva otros aspectos, estamos equivocados. Lleva como ingredientes la actitud, metas, disciplina, medida y perseverancia. Si cada uno, inicia su camino con la intención de ser mejores seres humanos, tendremos la oportunidad de crecer en el lugar donde nos encontremos, aprenderemos más cosas, podemos dirigir y ayudar a otros de una forma positiva. Se te abren puertas, oportunidades.
Si eres de las personas que dicen «no es el momento para comenzar», ¿cuándo lo harás? mañana, el mes siguiente, el próximo año, cuando… Piensa, en un tronco hay cinco ranas sentadas. Cuatro deciden saltar. ¿Cuántas quedan?. Si respondiste una, te cuento que es una respuesta totalmente errónea. Porque es muy diferente «decidir y otra cosa es hacerlo». Reflexiona, cuántas veces haz decidido hacer la cena, obsequiar flores, levantarte más temprano, hacer ejercicio, comer saludablemente, llamar a, disculparte por, ahorrar… Lo que es cierto, es que entre más esperes a hacerlo, es posible que nunca lo hagas.
Si tienes la intención de hablar inglés, estudiar en la universidad, retomar un curso, hablar en público, escribir, defender mis derechos, comentar que no es cierto algo; pero te da miedo no solo «cometer un error o por qué dirán»; te diré que la vida está hecha de momentos y ¡Qué bueno que hay momentos para cometer errores! Es la única forma de aprender, ser mejores seres humanos, librarnos de ese peso que llevamos… es el precio para crecer a todo nivel. En lo personal, no son errores. Son puntos de mejora.
El camino de la vida, somos o fuimos muy perfeccionistas, si no es lo mejor, no lo hago. Ese deseo de encontrar la mejor forma para comenzar, es igual que el querer no cometer errores, ambos no te permiten crecer, ni avanzar.
Otro aspecto sobre la intención, es que quiero hacer la tarea de la universidad, pero no tengo ganas, no me baja la inspiración para hacerla. Tarde o temprano lo vamos a tener que hacer; simplemente hágalo. La motivación no cae del cielo, solo haga lo que tenga que hacer. En el momento que la esté haciendo, llega y listo.
¿Alguna vez has escuchado sobre la intención que tienen de bajar de peso? ¡Claro! ¡Muchas veces!. Hacer dieta, no es fácil. Este es otro aspecto para no hacerlo. Tienen la intención, pero como pensaba que era más fácil, no dejo de hacer. ¿Entonces, qué hacemos si tenemos la intención de algo? Simplemente, necesitamos los siguientes ingredientes: preparación, actitud, oportunidad y acción.
Para ir finalizando, recuerda estas frases «No dejas para mañana, lo que puedes hacer hoy» y «No se preocupe por el mañana. Haga el bien hoy». Es decir, ¡Hágalo ahora! y afronte el miedo, esto le ayudará a su madurar su carácter. En el libro ¿Quién se ha llevado mi queso? en una de las frases pintadas en la pared dice ¿Qué harías si no tuvieras miedo?
Entonces, el crecimiento accidental si convertirá en intencional, aquel que hará hoy, usted será responsable de su crecimiento, trabajará duro, la perseverancia será parte de su vida, lucha por conseguir buenos hábitos, finaliza lo que comienza, se arriesga, y nunca deja de crecer.
Aceptas el reto de hacer una pequeña acción medible y corta para iniciar tu intención de…. leer, aprender, reducir el tiempo de, escuchar efectivamente, hacer ejercicio. Por ejemplo, puede ser diez minutos, quince o media hora. ¿Qué te parece?
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