Pepito, así te decían..
Casi tres años no veo tus hermosos ojos cafés, y tu pelito blanco, que el tiempo inexorable no perdonó. Tengo tantos recuerdos en mi mente y en mi corazón que podría escribir un libro con todas tus travesuras. ¡De verdad, desde el primer día! No eras un cachorro de «pura raza», eso no me importó,…
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