Satanás está en la iglesia

Satanás está en la iglesia

20 noviembre, 2019 Arte y Cultura Escritos varios 0

Sé que el título de esta entrada, es un poco fuerte y  te parezca fuera de lugar.  Sin embargo, luego de leer y leer diferentes fuentes, he llegado a la conclusión que Satanás sí existe; aunque el Papa Francisco no crea en su existencia, segùn reciente declaraciones.  Esta afirmación no solo contradice a sus antecesores, Benedicto XVI y Juan Pablo II,  quienes afirmaban su presencia y realizaron exorcismos.   

En el momento que asumimos que este ente maligno no existe, le estamos dando la oportunidad de entrar, dejarlo actuar y ante todo de volvernos vulnerables a su presencia.  Porque como no creemos, no contamos con las «herramientas»  para vencerlo. 

Por alguna razón, mis lecturas me llevaron a la homilia de Paulo VI, del 29 de junio de 1972, donde dijo:  

  «Tengo la sensación de que por alguna fisura el humo de Satanás ha entrado en el templo de Dios.  Existe la duda, la incertidumbre, la problemática, la inquietud, la insatisfacción, el enfrentamiento.  No hay confianza en la Iglesia… Se creía que después del Concilio llegaría un día de sol para la historia de la Iglesia.  En cambio, llegó un día de nubes, tempestad, oscuridad, búsqueda, incertidumbre… Creemos en algo preternatural (el diablo) que ha venido al mundo precisamente a turbar y sofocar los frutos del Concilio ecuménico y a impedir que la Iglesia prorrumpiera en el himno de gloria por haber vuelto a tener plenamente la conciencia de sí”.

El ataque de Satanás va dirigido principalmente a quien en el mundo ocupa puestos de poder y son màs vulnerables los que trabajan o sirven dentro de las iglesias (no importa el credo), porque están en contacto con Dios.  Lo que Satanás desea es «separarlos»  para hacerlos suyos porque estos hombres tienen grandes responsabilidades, significa hacerlo suyo y a su vez a muchísimas más personas.  Por ello, hay malos entendidos, discusiones, bandos dentro de las iglesias, quièn es mejor, lucha de poderes, falta de tolerancia, envidias, chismes, recelos; esto para separar a las almas de Dios y ponerlas en contra.   ¿Se imaginan cómo disfruta esto el demonio?.   Por eso, ten cuidado a quienes influyes con tu actitud, tus palabras, tus acciones… porque puedes estar llevando contigo a otras almas en contra de la misión que Dios les encomendó.   Recuerda, Dios te dio libre albedrío y Él no va a actuar en contra tuya.  

Adicional a esto, me inquietó algo que leí que parafraseado decía,  -En este siglo, Dios permitió a Satanás hacer lo que quisiera, pero no lo podría destruir-.   Considero que por eso, hay tanta maldad, tanta envidia, egoísmo, muerte, violaciones, depravaciones, conflictos, sangre derramada, maleficios, brujerías, incestos, maltratos, codicias, intolerancia, agresividad, brutalidades, asesinatos, querer el poder, acumular dinero o riquezas, ser más o mejor que otros, mirar sobre el hombro, traiciones, separaciones, malos entendidos…

Esta entidad maléfica nunca se presentará por medio de cosas, personas, momentos o situaciones que nos causen miedo, horror o temor, seguramente no le pondríamos atención.  Sino «vende» a través de lo hermoso, lo bello, lo accesible, lo que está a nuestro alcance, lo que compra el dinero.   Se podría decir que muchos se dejan llevar por el poder, el dinero y el sexo.  Por eso, todos quieren, desean, anhelan tener el poder, porque «se les abre muchas puertas».   Con esto no estoy, diciendo que el poder por sí mismo, sea malo, sino el uso que se le da.      

Lo anterior, me hizo a recordar lo escrito en la Biblia que dice «Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que un rico entre en el reino de los cielos», dijo Jesús.  Estas palabras no las pronunció al azar, considero que las deberíamos tomar al pie de la letra.  Porque cuántas noticias no hemos leído o escuchado que el «DINERO» ha corrompido el alma de una persona.   Cuántas personas no se han quedado con el dinero donado para determinado proyecto, cuántas personas no se han hecho más ricas con el dinero mal habido, cuántas personas no han saqueado las arcas de una institución religiosa para su bienestar personal, cuántas personas no han recibido dinero «bajo la mesa» por determinado «favor», cuántas personas han pedido dinero en nombre de Dios o pensar que van a ganar indulgencias…. podemos hacer una lista extensa sobre el dinero.   Por eso, el demonio disfruta de eso, tienta a las personas para obtener poder y así ganarse un alma más a través del dinero.   Si tienes dinero, tienes un abanico de opciones que puedes comprar o tener a tu alcance. 

En cambio, si una persona es de Dios, no cobra favores, da sin esperar nada a cambio porque sabe y confía en la Providencia divina, porque tiene temor de Dios y está completamente convencido que Dios dio al César lo fue del César y a nosotros nos dará lo que nos corresponda.    Cada uno, seremos juzgados y a cada uno,  se nos abrirá «nuestro archivo» de cosas que hicimos, las que dejamos de hacer y las cosas que no debíamos haber hecho».   ¿Qué cantidad de archivos tendrá cada una?  

Si tienes el poder, úsalo pero la bienestar de todos, donde todos sean parte de tu grupo, de tu congregación, de tu iglesia, donde todos sean escuchados, donde no exista la discrimación de raza, color, educación, tendencia sexual, porque Dios llamó a pecadores, no a justos.  Jesús, dejó a las 99 ovejas para buscar a la oveja «perdida».   Seamos parte del rebaño donde cada «oveja» se sienta parte del rebaño de Dios.  Recuerda, que en lugar de mirar la paja en el ojo ajeno, veamos la viga que hay en el nuestro.

Entonces, te pregunto, ¿Quién ganará este pulso, Dios o Satanás?  ¡Despertémos, antes que sea demasiado tarde! 

 

 

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