Historia de Papito Carlos-Lunes Santo

Historia de Papito Carlos-Lunes Santo

26 febrero, 2016 Arte y Cultura Escritos varios 3

Siempre he pensado que las casualidades no existen.  Dios lo pone a uno en el lugar y hora correcta, ni antes ni después.  Cada uno de nosotros tiene una misión que debe cumplir, solo hay que dejarse guiar o escuchar esa «voz interior» que te dice hacia dónde ir.

La historia que te voy a contar es real, sucedió el Lunes Santo de 2012, mientras las jacarandas estaban en flor, las volutas de incienso y el calor abrazador se hacían sentir; mientras que en las calles y avenidas, se escuchaban las marchas que interpretaban los músicos que acompañaban el tradicional, solemne y antiguo cortejo procesional de Jesús de las Tres Potencias.

En una de sus avenidas, pude distinguir a una persona de la tercera edad portando su túnica morada, como buen cucurucho.  ¿pero que tenía de especial, que llamó mi atención?  iba en una silla de ruedas, con su debida cartulina, muy cerca del corazón.   En ese momento, me dijo mi hermana, ¿le tomaste foto al señor? -sí, respondí.  ¿será que va a cargar? fue su segunda interrogante, la cual no tuvo respuesta.

Hice unas tomas a Jesús y me adelanté para capturar algunas imágenes al Penitente Escuadrón de Nazarenos, que unas cuadras más adelante iba a cargar.   Caminé alerta y observando personas, detalles… para inmortalizarlos.   A lo lejos alcancé a visualizar al señor que momentos antes había fotografiado, estaba de pie, haciendo fila para llevar en hombros el anda de Jesús.    Caminé más de prisa, porque las hermosas alfombras que ofrecen a Jesús, me impedían pasarme al otro lado.

Durante ese trayecto, un cucurucho me dijo «ya vio quién va a cargar».  -Sí, para allí voy, le respondí. Llegué justo a tiempo.   Tomé varias fotos, no sé por qué.   Cargó medio turno y, la persona que le acompañaba lo tomó de los brazos, le alcanzaron la silla de ruedas, mientras que algunas personas se preguntaban ¿Qué le pasó?.   Su mirada se cruzó con la mía.  El cortejo procesional, continúo su marcha, sin saber que unos metros más adelante nos íbamos a encontrar.   No puede evitar ir a conversar con él, no recuerdo cómo inicié la conversación.  Sin embargo, el señor que le acompañaba y empujaba la silla de ruedas, era su nieto que residía en los Estados Unidos  y únicamente venía para Semana Santa para acompañar a su abuelito, era una tradición familiar y devoción hacia el Señor.  A su lado también lo acompañaba otro joven, su bisnieto que seguía esos pasos.  Me compartieron que al señor le decían cariñosamente «Papito Carlos».

Don Carlos, mencionó que le costaba  caminar, pero que sí caminaba.  Me indicó que «no importa si es media cuadra la que carguen, el resto que lo dejen para otra persona pero lo hagan con fe y devoción para quedar satisfechos», «ya no pude seguir…pero quedé satisfecho porque cumplí con la devoción a Jesús», palabras textuales de don Carlos.  El nieto, que se había percatado que le tomé fotografías, amablemente me preguntó si se las podía compartir y enseñárselas a su familia en Estados Unidos.  Accedí, por supuesto.  

Hoy, luego de muchos años, todavía tengo presente esa conversación, ese momento.   Don Carlos, emanaba una paz, una tranquilidad al hablar, que me hubiera gustado seguir platicando con él.  Fue una sensación que solo una persona que lleva a Dios en el corazón puede transmitir.

 Con el paso de los días, algo me decía que tenía que saber más de él.  Contacté al Sr.  Erwin Rodenas, nieto de Papito Carlos, para que me permitiera hablar con él.  Conversó con sus familiares acá en Guatemala, Karla Rodenas y Paola Rodríguez, para autorizarme conversar por teléfono con él.  ¡Se llegó el día!.

Papito Carlos, me compartió que esta historia, comenzó hace 65 años atrás; cuando el padre y su abuelo iban a cargar a Jesús de las Tres Potencias.  El tiempo pasó y don Carlos Benigno Rodríguez Méndez, a sus 17 años de edad, inició a llevar sobre sus hombros a Jesús «grande», un Lunes Santo. Fue su padre y su abuelo, quienes le inculcaron la devoción e ilusión por cargar.  Pero no solo cargaba ahí, sino también en algunas procesiones de Antigua Guatemala.    A sus 82 años de edad, mencionó que no podía faltar a la «Parroquia».  También me dijo que tenía fe en Cristo y que el Lunes Santo, aunque no pudo terminar su turno, se sintió feliz, porque ya eran cinco generaciones que se unían en su nombre y pudo decir «Misión cumplida».

Al finalizar la conversación, sentí un sentimiento y emoción indescriptibles.  Tenía que compartir su historia.  En el 2012, edité un vídeo y solicité el permiso para compartirlo.  Fue autorizado.  Sin embargo, algo me detenía.  Pasaron los días y semanas, algo dentro de mí me decía, tiene que ser el 3 de mayo, no antes y seguí ese instinto.

 

El 2 de mayo, la tecnología impedía que lo compartiera.  Insistí, hasta que a primeras horas del 3 de mayo, por fin, se cargó el vídeo a la red social, como una muestra de la devoción hacia Jesús de las Tres Potencias.  ¿Qué mejor si se comparte una historia para celebrar el Día de la Cruz?.   Pasaron las primeras horas de la mañana, y ¿cuál sería mi sorpresa?  Precisamente, ese 3 de mayo, en horas de la mañana, don Edwin me llama indicando que ese día en la madrugada había fallecido «Papito Carlos».  ¿Coincidencia?

La velación se llevó a cabo en una funeraria que  está a un costado de la Parroquia (cerca de Jesús de las Tres Potencias), la impresión que llevé al ingresar a la capilla fue indescriptible, porque frente a su ataúd había una fotografía ampliada de las que capturé ese Lunes Santo.  Don Edwin, no solo me agradeció el haber llegado sino el haberle tomado esas fotografías, porque eran las únicas que tenían de Papito Carlos de su última Semana Santa y me dijo:  ¡Dios te puso en ese lugar!

 

Esta historia, sucedió  bajo los ojos de «Jesús de las Tres Potencias».   No será la primera, ni la última.  Solo puede decirte que Dios te pone en el momento justo, que tiene un plan para ti, aunque en ese momento no sepas cuál es. 

Jesús de las Tres Potencias, solo tu puedes lograr que cinco generaciones se unan en tu nombre. Bendito y alabado seas.  Tu que lees esto, pregúntale a Jesús  ¿Qué quieres que aprenda de esta historia de fe, devoción y amor hacia ti?  Porque si llegó a ti, no es coincidencia. 

 

 

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3 comentarios

  1. Ana dice:

    Gracias por compartir esta historia. Papito Carlos era un gran ser humano. Y siempre lo llevare en mi corazón. Esto es un tesoro muy preciado ya que trae un mundo de recuerdos de mi niñez al lado de mi Tío Carlitos.

    Dios lo bendiga por haber estado en ese momento para tomar esas fotografías.

  2. Sandra Turcios dice:

    De verdad que linda historia lloré no se porque pero me causó una gran emoción, saber todo esto, gracias por compartir

  3. Marco Monzòn dice:

    preciosa historia que nos lleva a ese momento. Me recordò una situaciòn similar en La Merced de La Antigua, de un señor ya muy grande tambièn.-

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