Golpes de la vida
La vida te da «fuertes sacudidas», de un momento a otro el panorama cambia, dificultades no previstas, enfermedades que otras personas pueden tener (menos tú), accidentes, violencia, bullying, mobbing, perdida del empleo, muerte, divorcio, infidelidades… se podría enumerar un fin de acontecimientos que hacen estremecer el alma y el corazón.
En esos momentos, piensas y supones tus «amigos» estarán contigo demostrándote que eres apreciado, valorado, respetado y amado como ser humano, en lugar de un simple «alguien». Debido a que estás más receptivo, susceptible a lo que pasa a tu alrededor, te das cuenta que las personas que decían ser tus amigos(as), se alejan de ti, no te llaman preguntando qué pasó, cómo seguiste, estás bien, necesitas algo o simplemente ponerse a disposición por si se necesitas algo. Al inicio, pensarás o te dirán, ha de tener mucho trabajo, quizás por la mañana, tarde o noche se comunicaran contigo y harás una y mil justificaciones de su actitud. Pasan las horas, días, semanas o meses y tienes que aceptar que estas personas, no son tus amigos(as), sino compañeros(as) de trabajo o quizás «conocidos».
La vida no es una rosa. La rosa, también tiene espinas. Esas espinas son las duelen, las que te hacen crecer a todo nivel. Te abren los «ojos» con qué personas puedes contar y quienes alejarte es lo mejor. Al fin, te das cuenta que el centro de atención, solo quieren ser ellas, sin importarles en realidad las otras personas. Todo era superficialidad. A estas personas, por salud mental y emocional, hay que alejarse de ellas. Duele, ¡por supuesto!. Se sufriría más compartiendo con una amistad enfermiza.
Sin embargo, hay otras personas que no siendo de tu «círculo» están contigo desinteresadamente, te dice «no se preocupe, yo llego», ¿necesitas algo?, ¿cómo siguió?, ¿estás mejor?, ¿cuándo regresas? … estás personas que están pendientes de ti, de tu situación realmente valen oro y te están diciendo «para mí eres importante». Estos seres humanos, no te ven como objetos, cómo algo dónde se pueden aprovechar, sino te ven como seres humanos, como iguales, como seres valiosos y únicos.
Gracias a esos golpes que da la vida en cualquiera de sus manifestaciones, no preguntes por qué me pasó eso, por qué no me llaman, por qué ….. (escribe lo que quieras). En lugar de eso, pregúntate ¿Para qué me pasó eso?, ¿Qué tengo que aprender de esta situación?. Nada es circunstancial, todo pasa por algo. Ten seguro que ese Ser Superior en cualquiera de sus manifestaciones, te está preparando el camino para una misión especial y solo Él, sabe colocar las piezas en el justo momento.
Si estás pasando por algo, hay que darle gracias a Dios, porque son «bendiciones» disfrazadas de «dificultades» y de alguna u otra forma te está forjando para que cumplas tu misión en este mundo terrenal y hasta que no aprendas la lección, seguramente continuará pasando.
Cada «golpe» es una enseñanza de vida para crecer y ser mejor cada día.
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