Gesto de amor…
El miércoles fue una mañana diferente debido que amaneció nublado y con frío, como cosa rara el canto las aves no las escuché en las ramas del árbol… Así que me que levanté a bañar.
Luego de arreglarme, desayunar y estar lista para salir, me despedí de los míos y salí de la casa para ir a trabajar. Iba por el mismo camino de costumbre, cuando me quedé parada observando un verdadero «gesto de amor».
Hice toda una reflexión en ese preciso momento, fue como si el mundo se detuviera, y me hubiera encantado tener mi cámara para captar ese instante, pero esa «instantánea» quedó grabada en mi corazón y en mente. Quizás para otras personas, sea «grotesca o sin sentido» para mí no lo y más adelante les diré la razón.
La escena era así:
En la acera del lado derecho había una pareja de indigentes. Una mujer que parecía que hacía «la cama». Es decir, levantaba y doblaba las colchas. A su lado, había un hombre. Esta fue la escena, que realmente me enterneció, debido a que tenía a un «pequeño cachorro mestizo» (quizás de dos o tres meses) agarrado de su correa (un lazo), dándole de comer al hocico.
No tengo idea qué era, pero al pequeño can, con las orejas hacia atrás, «no estaba muy convencido» del alimento que «comía» y ví la mano del indigente con cuánto amor se lo daba. Esto fue realmente un GESTO DE AMOR Y GENEROSIDAD.
Fueron unos minutos para darme cuenta, que las personas que menos tienen son los que más dan a los demás y a que pesar de toda su pobreza, se preocupaban de «su mascota». Estas personas, a pesar de estar pasando por precariedad total, saben que una familia también está compuesta por una perro.
Este cachorro, aunque en ese momento no tenía la alimentación adecuada, más adelante, estoy segura sí la tendrá, debido a que siempre hay personas caritativas y generosas que el cuidado de los animales. Ese perrito, también nos deja una gran enseñanza, porque no se daban cuenta si sus «dueños» son ricos o pobres, únicamente da amor incondicional, sin distinción de clases, ni color, ni estrato, se dan por igual a todos.
Muchas veces, los seres humanos deberíamos ser «Civilizados como los animales», como dice la canción de Roberto Carlos, dar sin esperar nada a cambio.