La Camisa Blanca
Autora: Violeta Arredondo
Hoy que recibo mi título de nivel medio, estoy muy ansioso porque después de tanto tiempo, tendré la respuesta que por años pedí, divagaba Buba, con toga y birrete.
Posterior al Acto de Graduación y una sencilla reunión familiar, se llegó ese momento trascendental. Solo estaba Elly «su madre», Jacob «el padre elefante» y el carismático elefantito.
-Ven y siéntate a nuestro lado, dijo Elly a Buba.
El elefantito, camina hacia un sofá donde estaban sus padres y su madre toma la palabra.
-Buba, tu padre y yo, ¡estamos tan orgullosos de ti!, ¡Este será el primer logro de muchos más! Como te lo prometimos hace años, te daremos la respuesta tanto has esperado.
Ella continuó, – tu padre es un magnífico ejemplar, por eso me enamoré de él, nunca se olvidaba de los pequeños detalles, la familia siempre fue su prioridad. – ¡Mamá, por favor, dime de una vez, no me tengas en ascuas! -farfullo entre colmillos Buba.
-Calma, dijo la madre y retoma la historia de la siguiente forma:
Como recordarás tu padre siempre ha trabajado arduamente, ha recorrido grandes leguas para ir a trabajar bajo ese inclemente clima de la sabana, en algunas ocasiones el salario era poco; pero nunca me hizo falta nada.
– ¡Siempre antepuso nuestras necesidades y deseos! Desde que naciste, fuiste nuestra prioridad. Ibas creciendo tanto a nivel físico, intelectual, moral y espiritual. Recuerdo tu primer día de clases, cómo si fuera ayer…
La mirada de Elly, se pierde reviviendo ese tiempo. Cada año, estabas más atento a lo que pasaba en el hogar, y llegó el día temido por tu padre, la pregunta que no quería escuchar.
-La recuerdo muy bien, dijo Buba. Le dije a papá, ¿Por qué siempre usas camisas blancas?
Jacob, movió sus largos colmillos de marfil, afirmando esa pregunta. -Todavía agregaste, -Papá, quiero saber. Los padres de mis amigos usan camisas, playeras, sudaderas de colores, ¿Por qué tu no? -dijo Jacob.
Elly, le acarició las orejas con su hermosa trompa y dijo amorosamente. -Buba, hoy ya comprendes mejor las cosas, lo que sucede es que «tu padre únicamente tiene dos camisas blancas». Buba no comprendía nada. Su madre agregó, lo que sucede es que comprar camisas de color costaban mucho y él prefería invertir en tu educación. De esa manera, no notarías la cantidad de ropa que tenía.
-Así es, dijo papá elefante. «Lo único valioso que te puedo dejar, es la educación», con ella se te abrirán muchas oportunidades. Con tu madre, decidimos que tu educación era primordial, y te iba a preparar para la vida misma. No me arrepiento de mis camisas blancas. Además, ¿No crees que me veo más delgado, elegante y sofisticado?, barritó Jacob. Elly y Buba, se unieron al jolgorio.
Luego, de este momento de alegría, pasaron unos minutos de silencio. Era el momento que Buba, tomara la palabra. Sacudió su trompa para aclararse la voz y dijo solemnemente:
-Papá, nunca pensé esa razón. En algunas ocasiones consideré que eras… «tacaño» y se avergonzó de haberlo dicho. Lamento, mucho haberte puesto en aprietos. Nos dejamos llevar, por lo que dicen «los demás». Hoy, prometo solemnemente, que continuaré mis estudios con más determinación en la universidad, buscaré un trabajo para retribuirles un poco de lo mucho que me han dado. Gracias por todo lo que han hecho por mí.
En un fuerte abrazo se fundieron los tres elefantes, mientras que unas gotas rodaban por sus redondas mejillas. Fue un momento conmovedor y lleno de amor.
Buba cumplió su promesa. Obtuvo un empleo y estudiaba en la universidad. Se graduó con honores y sus padres… ¿Qué creen? ¡Tienen un armario lleno de ropa de color!
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