¿Quién tendrá mi rosa?
Muchos años atrás, era común que las personas tuvieran un «oficio», es decir, zapateros, albañiles, carpinteros, plomeros, peluqueros, hojalateros y, lo común era que las esposas, permanecieran en casa, como amas de casa.
En un lugar de nuestra bella Guatemala, vivía don Manuel, quién tenía su esposa, hijos y nietos. Él era hojalatero y ¡de los buenos!. Era muy cotizado por el trabajo que realizaba, hasta llegó a realizar una cruz para un Jesús Nazareno. Tenía detalles hermosos.
Don Manuel, ya estaba entrado en años, un poco más de 80 años de edad. Le encantaba estar en su taller. Un día, llegó de visita su hija y su nieta, al lugar donde trabajaba. Don Manuel, le dijo a su nieta, «te estoy terminado de hacer una rosa, cuando la termine, te la doy, ya me falta poco». La niña emocionada, se alegró tanto de escuchar, que su abuelito, pensaba en ella y le había diseñado una rosa en metal, para ella.
Sin embargo, por azares del destino, esa rosa nunca llegó. Don Manuel, falleció en su taller, sin poderse despedir de nadie…
Fue un golpe para todos. Según cuentan, mientras llegaban los paramédicos para auxiliarlo entraron a su taller, ¿Qué se llevaron? No lo sé. Lo cierto, es que días después, fueron a guardar sus cosas y la niña preguntó si había una rosa. La rosa, no estaba…
A pesar de los años, esta niña que ahora es una mujer, todavía se pregunta ¿Quién tiene su rosa?. Esa rosa, que su abuelito había hecho con tanto amor para ella.